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Dato 📚

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Publico más citas que reseñas.

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Los libros de Dato 📚

Gilles Deleuze: Dos regímenes de locos (2007, Pre-textos) Sin valoración

“Por muy actual y poderoso que sea en muchos países, el viejo fascismo ya no …

¿Por qué los palestinos habrían de ser “interlocutores válidos”, si no tienen país? ¿Por qué tendrían que tener un país, si se les ha privado de él? Nunca se les ha dejado otra opción más que la de rendirse incondicionalmente. Lo único que se les propone es la muerte.

En la guerra que les enfrenta a Israel, las acciones de Israel se consideran respuestas legítimas (aunque parezcan desproporcionadas), mientras que las de los palestinos se tratan exclusivamente como crímenes terroristas. Y un muerto árabe no tiene la misma medida ni el mismo peso que un muerto israelí.

Desde 1969, Israel no ha dejado de bombardear [y] cuenta con la complicidad casi unánime de los demás Estados, aunque con matices y restricciones diversas. Los palestinos, gente sin tierra ni Estado, son obstáculos para todo el mundo. Aunque reciban armas y dinero de otros países, saben lo que dicen cuando afirman que están completamente solos. (…)

Debemos decir [que] el Estado de Israel está asesinando a un país frágil y complejo. Y hay otra cosa. El modelo palestino-israelí es determinante para los problemas actuales relacionados con el terrorismo, incluida Europa. La alianza mundial de los Estados, la organización de una policía y una jurisdicción mundial, como se anuncian, conducen necesariamente a una ampliación de acuerdo con la cual cada vez más personas quedarán asimiladas a "terroristas" potenciales.

El Estado de Israel es hoy el que dirige la experimentación. Fija un modelo de represión que será luego transferido a otros países, adaptado a otros países. Su política presenta una gran continuidad. Israel siempre ha considerado que las resoluciones de la ONU, que verbalmente le condenan, le daban de hecho la razón. Ha transformado la invitación a abandonar los territorios ocupados en el deber de instalar colonias en ellos.

Es un curioso chantaje del cual el mundo sólo se librará si se ejerce una presión suficiente para que los palestinos sean reconocidos como lo que son: “interlocutores válidos”, pues se encuentran en un estado de guerra del cual no son responsables.

Dos regímenes de locos por  (Página 153 - 154)

Artículo aparecido en el diario Le Monde el 7 de abril de 1978.

Emily Dickinson: El resto es prosa (2023, Altamarea) 5 estrellas

El resto es prosa es una selección de correspondencia entre Emily Dickinson y Susan Huntington …

27 de junio de 1852

[…] Ay, Susie, mi niña, estoy sentada junto a la ventana, y a cada rato miro hacia la puerta dorada bajo los árboles del oeste y me parece verte llegar, tropiezas con el verde césped, y yo oigo las hojas quebrarse bajo tu zapato. Me escondo detrás de la silla, creyendo que te voy a dar una sorpresa y me impaciento por verte. Me apresuro a la puerta y me empiezo a dar cuenta de que no estás allí. Muy muy a menudo, cuando me despierto de este sueño, todavía no del todo consciente, estoy segura de que te he visto, y de que tus ojos oscuros me han sonreído con tal cariño que solo he podido llorar y pedir a Dios que te bendiga.

Susie, ¿de verdad vas a regresar el próximo sábado y ser mía otra vez, y besarme como lo hacías?

¿Podré entonces contemplarte, no «a través de un vidrio oscuro, sino cara a cara», o me lo estoy imaginando y son dichosos sueños de los que me despertaré? Tengo tantas ganas de verte, estoy tan impaciente que creo que no puedo esperar, tienes que estar aquí ahora… Esta expectación, de ver tu cara una vez más, me hace sentir febril y acalorada, mi corazón late tan rápido… Por la noche, cuando me acuesto y lo único que sé es que me quedo allí tumbada, despierta, apretando los puños con fuerza y pensando en el próximo sábado y «ni rastro» de ti.

El resto es prosa por  (Página 32 - 33)

comentó acerca de El mundo que necesitamos de Donna J. Haraway (Señales)

Donna J. Haraway, Marta Segarra: El mundo que necesitamos (2020, Icaria) Sin valoración

Este libro recoge el diálogo mantenido entre Donna Haraway y Marta Segarra con el que …

Creo que este libro se consigue fácil en España, y me parece una buena opción para “tirarse a la pileta” de Donna, ya que es corto (80 páginas) y va muy al grano en todo.

Quiero decir es que no es una introducción al uso sino que, antes al contrario, es caer en medio de una conversación en la que, seguro, aparecen multitud de términos extraños. Precisamente términos y frases para subrayar y buscar diálogo con otres, iniciadas o no.

Hasta aquí la recomendación.

Me tomo ahora una libertad: escribo estas palabras desde BookWyrm, y lo siguiente despierta mi curiosidad: ¿qué tan conectadas están las distintas islas del Fediverso? Si yo refiero aquí a #BookWyrm y a #lecturascasaarbol ¿se propaga mi entrada a las personas suscritas en Mastodon a esas etiquetas? En cualquier caso, lo hagan o no, feliz lectura.

Isabelle Stengers, Philippe Pignarre: La brujería capitalista (2018) 4 estrellas

Lo sabemos: el capitalismo existe y su reino es el horror. Lxs autorxs de este …

Tenemos la hipótesis según la cual si la gran estrategia de movilización frontal es ineficaz, es porque se desentiende de lo que fabrica el trabajo de miles de peones, de miles de secuaces que crean y mantienen de manera permanente lo que se impone con las alternativas ineludibles. Es por ellos que el funcionamiento capitalista existe en el modo inasible que le es propio, con bastante poco recurso a la violencia brutal (sobre todo en nuestros países).

Son esos “secuaces” los que nos ponen en la pista, los que nos dicen cómo nombrar al capitalismo. Porque ellos no se presentan ni se piensan “al servicio del capitalismo”. (La cuestión es más bien: ¿piensan?) Pero es aquí donde debemos prestar atención … Porque sabemos demasiado bien lo que quienes lean esto pueden llegar a decir: “Yo soy un secuaz”; “todxs somos secuaces”.

Ciertamente todxs estamos poco más o menos adentro, y estamos afectados, pero hay que poder decir que no todxs somos secuaces. Es preciso poder hacer una diferencia entre los obreros despedidos por una operación de “racionalización de los recursos humanos” y quien puso a punto el plan que dio paso a la necesidad racional de despedirlos. Pero también es necesario resistir a lo que parece un pensamiento muy elevado, muy lúcido: reconocerse culpable de lo que se padece.

Quienes en adelante llamaremos “secuaces” también sufren —quien está “adentro”, sufre—, pero debe decirse en todos los niveles, de la jefa a la secretaria, que trabajan en la construcción de ese adentro, no se limitan a aplicar o a padecer reglas, sino que se dedican a aplicarlas con lealtad, es decir, también con cierta inventiva. Y esto incluso cuando aparentemente se trata de situaciones rutinarias: extender la significación de las reglas, hacer que una situación un poco inédita vuelva a la normalidad, hacer evolucionar las definiciones, deshacer una posibilidad de escapar a ellas. Todxs decimos “es muy necesario”, pero el secuaz lo dice un poco de otro modo, afirma la legitimidad de ese “es muy necesario", dice “sí”.

No se trata de denunciara los “verdaderos culpables”. Ni tampoco de describir a las víctimas de una “ideología” mentirosa, que haría que uno se vuelva ciego a la verdad de lo que ocurre. Sin lugar a dudas, los secuaces son víctimas, pero víctimas de un tipo muy particular; producidas por una operación que es importante caracterizar … una adhesión a un saber que separa a las personas de lo que a menudo siguen sintiendo, y que ahora remiten por el lado del sueño o de la sensiblería de la que hay que defenderse. […] Por encima de todo, a los secuaces les interesa que nos convirtamos en secuaces, porque ellos mismos se definen como “lúcidos”, y necesitan un mundo que dé razón de su lucidez.

Los secuaces están como aquejados de la prohibición de pensar en aquello en lo cual operan. Pero es también lo que confiere a su obra su “creatividad” infernal: ellos, de un modo pequeño pero incansable, hacen existir los reglamentos, las definiciones, las palabras, las maneras de proceder que excluirán el pensamiento que les resulta intolerable. Y es aquí cuando —operación pragmática— sentimos que nos hemos vuelto capaces de “nombrar” aquello a lo cual nos enfrentamos, aquello cuyo éxito es fabricar secuaces, haciendo que quienes captura se activen en un modo que permite a cada uno presentarse como “sujeto”, responsable de lo que hace.

Nombrar no es neutro, no o pegar una simple etiqueta, es un acto deliberado, que compromete un modo de relación o, en nuestro caso, de lucha.

La brujería capitalista por , (Pyra) (Página 71 - 76)

Isabelle Stengers, Philippe Pignarre: La brujería capitalista (2018) 4 estrellas

Lo sabemos: el capitalismo existe y su reino es el horror. Lxs autorxs de este …

Hemos hablado del grito de Seattle, “¡Otro mundo es posible”, y hemos insistido en que no convenía pedir a aquellos que retomaron ese grito que definan ese otro mundo, que propongan un programa que le correspondiera. Se trata de proteger ese grito contra los dilemas insoslayables que pasan por alto el aprendizaje […] El yearning es la protección de las feministas que supieron resistir a la crítica “desmitificadora” […] una manera de desarticular el estar entre la espada y la pared … mediante ese sentir que la única cosa que importa realmente son los caminos concretos y arriesgados por donde podría adquirir sentido aquello de cuya imposibilidad todo eso habla.

Cuando se intenta encarar la cuestión del capitalismo, siempre están presentes dos riesgos, que uno podría describir, divirtiéndose, con palabras tomadas de la psiquiatría descriptiva, la paranoia y la depresión: atribuir al capitalismo el conjunto de las operaciones de captura que éste aprovecha y verse invadido por la impotencia en resistirle.

El yearning defiende a las feministas contra la paranoia: no se dirige a un mundo finalmente liberado de lo que oprime, sino a un mundo diferente. Sobre todo, no les basta encarar, según la fórmula clásica, una toma de control de las riquezas producidas por quienes las producen, y una reorganización de la producción en el sentido de la satisfacción de las necesidades humanas, porque las feministas desconfían de toda definición de lo que son esas necesidades. La definición de las necesidades específicas de las mujeres siempre fue una operación de captura. […] El yearning es la cultura de una sensibilidad hacia lo que constituye nuestra vulnerabilidad a las operaciones del capitalismo.

Por la misma razón esas feministas pueden resistir a la depresión que acecha a quienes invade el sentimiento de que el sistema es demasiado fuerte o de que sus víctimas son decididamente incapaces de abrir los ojos, e incluso, de que desean su alienación. En pocas palabras, de que toda esa lucha no es más que una utopía. Bien saben ellas que lo que se llama “liberación” nada tiene que ver con una “toma de conciencia” en el sentido en que se trataría de abrir los ojos, de aceptar la legitimidad de una lectura del mundo que ya existe. Ellas saben la dificultad de comprometerse en un proceso abierto, un proceso que no pone a uno del lado de quienes comprendieron, sino que actúa el presente, hace existir la fuerza de experimentar sus posibilidades de devenir, aquí y ahora.

No por nada esa palabra, yearning, surgió de la espiritualidad black, de esos cantos que hacen presente el reino que es de este mundo. Ese sentido de la inmanencia, que no supera las contradicciones pero sabe que sólo importa el acontecimiento que hace capaz de pasar a través, es probablemente uno de los regalos hechos al movimiento feminista por su componente black […] anudando esta vez dos términos considerados desunidos: espiritualidad y política.

Como quiera que sea, no se trata de conversión sino de producción, de una fabricación colectiva de lo que nos hace capaces de no necesitar las garantías ni el suelo firme del juicio. […] Ellas luchan por un porvenir donde la incógnita las ponga en movimiento […] Bodas del devenir y de la crítica: saber que no se critica en nombre de cualquier cosa, sino en el movimiento mismo en que uno se vuelve capaz de pensar y de sentir de otro modo.

La brujería capitalista por , (Pyra) (Página 90 - 92)

Isabelle Stengers, Philippe Pignarre: La brujería capitalista (2018) 4 estrellas

Lo sabemos: el capitalismo existe y su reino es el horror. Lxs autorxs de este …

Desde este punto de vista es muy interesante que los luditas, que a comienzos del siglo 19 intentaron destruir lo que para ellos eran “máquinas del diablo” (esos telares que iban a permitir confiar a niños aquello que hasta entonces hacían los adultos), se hayan convertido en una referencia para ciertos componentes contemporáneos de la lucha altermundialista.

Pensar “ante los luditas” no significa en absoluto asimilar todo cuanto permite una economía de trabajo humano con la “obra del diablo”, sino más bien verse obligado a pensar en contra de la separación envenenada entre lo que debería ser preservado, fuera de conflicto (las máquinas), y lo que sería una postura de lucha (las relaciones sociales).

El hecho de que los marxistas hayan considerado con molestia y sospecha el combate de los luditas (y tantos otros combates del mismo tipo) señala quizá lo que le falta a la herencia de Marx: algo un poco análogo al yearning que protegió a las feministas. No la “condena” (reaccionaria) del progreso, sino la incógnita de un mundo donde ese progreso no autorizaría ninguna simplificación.

La brujería capitalista por , (Pyra) (Página 98)

Isabelle Stengers, Philippe Pignarre: La brujería capitalista (2018) 4 estrellas

Lo sabemos: el capitalismo existe y su reino es el horror. Lxs autorxs de este …

Isabelle Stengers es filósofa de la ciencia, a quien conocí vía Latour y con quien estoy aprendiendo a pensar con Whitehead (y por tanto a pensar mejor sobre la ciencia). Tengo ahora muchas ganas de leerla en este otro registro. De los agradecimientos:

«Escribir libros forma parte de nuestro oficio, pero éste no es como los otros. Sentimos que, sobre todo a partir de lo que se está planteando desde Seattle, era nuestra obligación correr el riesgo de presentar estas ideas sobre las cuales, por otra parte, no tenemos ningún “derecho de propiedad intelectual”. Éstas no valen sino en la medida en que aquellos y aquellas a quienes pueden interpelar […] se adueñen de ellas, las pongan a prueba, las utilicen de una u otra manera.»

Como dicen desde la editorial: prácticas de conjura y de protección, modos prácticos de enfrentamiento y de intensificación de la vida: brujería.

@athousandcateaus@bookwyrm.social I liked Deleuze’s book on Bergson, even if I didn’t understand most of it the first time around.

It introduced me to the virtual and the actual, which I hadn’t known anything about before.

But my absolute favorite thing that Deleuze picks from Bergson is Memory. (I picked up “Memory and matter” after that, and it’s surprisingly not that difficult to follow.)

Memory is, I guess, one of the reasons I like Deleuze’s book on Proust so much. (The “homosexual series” you can find in AO, is mentioned there already.) I really recommend it!

quiere leer Kant y el tiempo de Gilles Deleuze (Clases)

Gilles Deleuze: Kant y el tiempo (2008, Cactus) Sin valoración

En estas clases, más de diez años después de la publicación de La filosofía crítica …

Madre mía, me había olvidado por completo que Cactus publicó en 2008 Kant y el tiempo. Las exposiciones en La filosofía crítica de Kant (1967) son una pasada; quiero ver lo que Deleuze tiene para decir más de diez años después.

Eduardo Viveiros de Castro: Metafísicas caníbales (2010, Katz Editores) Sin valoración

La antropología cierra el ciclo fundacional bajo el que el colonialismo es uno de sus …

Un día tuve la intención de escribir un libro que fuese de alguna manera un homenaje a Deleuze y Guattari, desde el punto de vista de mi propia disciplina; se llamaría El Anti-Narciso: de la antropología como ciencia menor, y su propósito iba a ser caracterizar las tensiones conceptuales que atraviesan la antropología contemporánea. Sin embargo, desde la elección del título comenzaron a surgir problemas [..].

Fue entonces que resolví elevar ese libro al nivel de las obras de ficción, o más bien de las obras invisibles, el tipo de obras que Borges ha comentado mejor que nadie, y que a menudo son mucho más interesantes que los libros visibles [..].

Metafísicas caníbales es pues la tarjeta de presentación de otro libro, titulado El Anti-Narciso que, a fuerza de ser imaginado constantemente, ha terminado por no existir nunca, salvo precisamente a través de las páginas que siguen. El objetivo principal de El Anti-Narciso es responder a la siguiente pregunta: ¿qué les debe conceptualmente la antropología a los pueblos que estudia?

Metafísicas caníbales por  (Página 13 - 14)